Las fincas o compañías exportadoras que no tienen su propia comercializadora en Miami, regularmente hace sus ventas en términos FOB aeropuerto de origen, Colombiano o Ecuatoriano. El termino FOB esta claramente definido en los textos de comercio exterior y no debería haber confusión en el uso del mismo. En la practica la propiedad de la carga cambia de titular cuando es colocada en el avión y desde ese momento es propiedad del comprador. Sin embargo en el caso de los productos perecederos la responsabilidad del productor no termina en el aeropuerto, sino que se extiende hasta que la carga llegue al cliente importador y en algunos casos hasta el detallista.
El productor sigue siendo responsable del estado fitosanitario de la carga, y también de que el despacho responda a las características solicitadas por el cliente en el momento de la orden, tipo de empaque, grado de la flor, colores, apertura de la misma, oportunidad de entrega, etc. Todos los otros factores que puedan incidir en la calidad, causados por el mal manejo de la flor por la aerolínea, o el agente de carga, o en las bodegas refrigeradas de Miami, o en el despacho desde Miami al cliente final, son responsabilidad del importador, ya que es un bien de su propiedad.
Regularmente es el importador quien escoge y contrata al agente de carga y por ende la línea aérea. Si algo ocurre mientras la carga esta en manos de la línea aérea o del agente, son ellos quienes le deben responder al importador por el valor de la carga.
Cuando se tiene un cliente en Canadá o Los Ángeles o New York y la carga tiene que ser embarcada desde Miami para esos lugares, es el agente de carga y sus operadores quienes tienen la responsabilidad de que esta llegue bien y oportunamente. Si la carga no llega a su destino final y se extravía o no llega según los parámetros establecidos, esta por ningún motivo puede ser acreditada al productor.
En la practica, los importadores tanto de Miami como de otros lugares del país, cuando una carga llega con problemas de calidad, que pudieran atribuirse a descuidos en el transporte, almacenamiento y manejo, no se toman el trabajo de investigar donde, cuando y como se genero el problema y simplemente le hacen un crédito a la finca aduciendo problemas de calidad inherentes al cultivo. Y si el daño proviene del manejo y transporte, el productor no tiene la información ni la capacidad para demostrarlo y en la mayoría de las veces le toca aceptar el crédito de su cliente.
Ante esta situación de hecho, no hay muchas opciones. Sin embargo la finca debe intentar que esto no pase y para ello debe ser muy exigente con el cliente solicitándole toda la información del reclamo, fotos, revisión de calidad, descripción del problema, etc., para tratar de identificar la causa del mismo. Si el tamaño del reclamo es considerable es recomendable solicitar una inspección de un agente independiente que trate de determinar la causa del daño o deterioro de la calidad. Se trata es de buscar que las líneas aéreas y los agentes de carga se responsabilicen de sus errores y no pongan a las fincas a pagar por ellos.
La única forma de evitar o al menos reducir estos abusos, que se dan con frecuencia, es el de ser muy exigentes con los clientes en que documenten con rapidez y claridad los reclamos y en casos en que esta situación sea recurrente hay que buscar, con la colaboración del cliente, la causa del problema. Si este no ayuda entonces lo mejor es dejarlo, pues no es un cliente confiable.
Jorge Pineda
12/19/07
Miami, FL
Wednesday, December 19, 2007
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